La terapia artística es la utilización del arte y de otros medios visuales
dentro de un tratamiento o un entorno terapéutico. Es una combinación entre
arte y psicoterapia, en donde cada una de estas partes se estimula en su unión
con la otra.
En ella lo más importante es la persona y su
proceso, el arte se usa como forma de comunicación no verbal, como medio de
expresión consciente e inconsciente, al reconocer que los pensamientos y
sentimientos humanos derivados del inconsciente, se expresan con más facilidad
en imágenes que en palabras.
Sus imágenes pueden ofrecernos claves sobre los temores,
los conflictos, la fantasía, los recuerdos infantiles y los datos oníricos de
las personas que la realizan.
Su técnica se fundamenta en que las personas, tengan o no
tengan cualidades artísticas, poseen una capacidad para proyectar bajo formas
visuales, sus conflictos internos.
La función del terapeuta artístico no es interpretar el
arte espontáneo de las personas, sino alentar para que éstas descubran por sí
mismas el significado de sus realizaciones. Examinar y valorar la conducta de
las personas que trata, así como sus obras, su observación participa en la
comprensión de cada personalidad.
No interpreta los significados inconscientes, debe
procurar que haya una satisfacción en la actividad creativa y que las
experiencias sean útiles y reveladoras para el proceso terapéutico de la
persona.
En las sesiones de terapia artística se ofrecen técnicas,
temas, cuestiones, elecciones libres que se toman o cambian cuando es
necesario. Las directrices están generalmente dentro de unos temas específicos
como emociones, sueños, deseos, fantasías, proyectos, imágenes de nosotros
mismos, nuestras relaciones personales y nuestro entorno.
El trabajo creativo con los diversos medios artísticos
pone en juego sensaciones, emociones y pensamientos que, en el proceso de las
sesiones, son explorados, profundizados, trabajados e integrados.
Los procesos creativos conectan con matices ricos y sutiles de experiencias y con un potencial simbólico que nunca pierde el misterio. Pueden aflorar emociones y contenidos que no son tan accesibles por las terapias habladas tradicionales. El proceso mismo y la reflexión sobre él constituyen ensayos de nuevas formas de ser y de hacer que, en el espacio seguro de la terapia, contribuyen al aprendizaje y a la transformación.
Mediante la combinación de creación y acompañamiento
terapéutico, las terapias artísticas promueven la expresión, la creatividad, la
intuición, la comunicación, la toma de conciencia, el autoconocimiento y la
mejora y el bienestar personal y social.
La terapia artística se utiliza en una diversidad de
contextos, con todo tipo de destinatarios y edades, en sesiones individuales,
de pareja, de familia o en grupos. Para participar en talleres de terapia
creativa no es necesario tener conocimientos previos de las respectivas artes.